Yo jamás he deseado hacerte daño, de verdad, tienes que creerme. No pretendía que esto sucediese, yo… no sé… supongo que una parte de mi sabía que sentías algo muy fuerte hacia mi, pero… no estaba segura y… no creí que pudiese hacerte daño.
Sé que puedes pensar que como justificación es muy pobre, pero es así, no trato de convencerte, es solo que… Joder, yo… no… no lo sabía…
No sé qué quieres que te diga… Por favor… ¿Qué quieres saber?
¿A qué juegas? ¿Tratas de hacerme sentir mal tú ahora?
Vale, no voy a decir que no me lo merezca, pero…
No… no, no, no, no. Pues claro que no me lo merezco.
No te lo he hecho queriendo, no buscaba todo esto, ¿vale?
Yo solo… me sentía libre cuando estaba contigo. Todo era tan… normal.
No había tensión, no había presión… éramos tú y yo, solo nosotras.
Me daba igual estar rodeada de gente, porque solo te veía a ti.
No me importaba el lugar, ni la razón de estar ahí, porque tú… también estabas.
Yo lo sentía así y, por dentro, sabía que tú también lo sentías.
Pero no pude saber cuando la atracción, el cariño, el afecto que sentíamos… se convirtió, para ti, en amor…
Yo te advertí que no me había enamorado de ti, te dije que no podría hacerlo.
Supuse que con eso ya estaba evitando el hecho de que tú pudieses sentirlo hacia mi.
Creí que si te lo decía, podríamos seguir disfrutando la una de la otra, sin temer el final.
No llegué a pensar que podríamos estar en niveles diferentes, sentimentalmente hablando.
Ese fue el único fallo que hubo aquí y no pienso cargar con la culpa, ya que no soy responsable de ello.
Tampoco se te puede culpar a ti. Los sentimientos están ahí, existen por alguna razón.
Y sea cual sea la razón, ni tú puedes controlarlos, ni yo puedo hacer que los controles.
Pero si que puedes controlar tus sentimientos.
Puedo ralentizarlos, puedo negarlos… pero tampoco puedo controlarlos…
1 comentario:
No, no se pueden controlar... Los muy hijos de puta hacen lo que les da la gana...
Publicar un comentario