Tenemos que hablar.
¿Qué haces aquí? ¿Cómo has entrado?
Eso es lo de menos, lo importante es que estoy aquí y es por alguna razón.
Me dan igual tus razones, me da igual todo, quiero que te vayas.
No puedo.
Si puedes y lo vas a hacer.
No, no me puedo ir hasta que me escuches.
No quiero escucharte.
Debes hacerlo.
¿Qué pasa si no quiero?
Pues que no podré irme, ni tú podrás continuar con tu vida.
No podré continuar con mi vida si sigues apareciendo cuando te da la gana, por lo tanto, es el momento de que te marches y me dejes en paz.
¿No lo entiendes? No voy a poder dejarte si no me escuchas antes, cuando oigas lo que tengo que decir ya no volveré jamás a molestarte.
No te creo, eres un fantasma, un fantasma que aparece cuando menos lo necesito, que me jode la cabeza, que no me deja respirar. ¡Lárgate ya!
Sabes que no soy un fantasma, no exactamente.
¿Entonces qué eres?
Soy la persona de la que una vez te enamoraste, soy esa chica que te robó el corazón, soy tu mitad perfecta, tu única esperanza, tu salvación.
No, eres la persona que me hizo morir en vida, la que me complicó la existencia, la que me provocó todos los ataques de ansiedad, la que me sumió en la depresión… Pero ahora ya te he superado, no tengo nada que escuchar de tus labios, ya no. Ni lo quiero, ni lo deseo, ni lo necesito.
Yo creo que si.
Tú no tienes ni idea de lo que pasa por esta cabeza, no sabes nada de lo que siento, nunca te has molestado en intentar averiguarlo, ahora no va a ser diferente. ¿Por qué no te vas y continuas con tu perfecta vida alejada de mi?
Porque tienes que escucharme.
No quiero escucharte, ¿por qué me haces esto? Déjame vivir.
Es lo que trato de hacer, por eso tienes que escucharme, entenderlo todo y ver las cosas como realmente son.
No vas a conseguir convencerme de nada, así que no te molestes.
Déjame hacerlo, no quiero convencerte, solo quiero calmar tu dolor.
Ya no siento dolor…
Si lo sientes, tal vez no lo sientas hacia mi, pero ambas sabemos que no puedes avanzar por ese temor. Ahora, por favor, escúchame.
Habla rápido, antes de que cambie de idea.
Está bien. Sabes que te he querido, ¿verdad?
Vale, de acuerdo, has empezado mal, no quiero escuchar más.
No, espera. Es cierto, te he querido, te he querido muchísimo. Te quise y te quiero con toda mi alma. Cuando te conocí destartalaste mi vida…
No te atrevas a culparme a mi.
No es lo que quise decir, por favor, no me interrumpas, pronto entenderás lo que quiero decir.
Conseguiste romperme los esquemas con tu sola presencia, yo creía haber encontrado a la chica con la que pasaría el resto de mi vida, pero tú apareciste y… sentí que ella ya no importaba tanto, sentí una necesidad de conocerte, de… de poseerte…
Y lo conseguiste, era tuya, absolutamente tuya, podías haber hecho conmigo lo que te hubiese dado la gana, estaba completamente a tu merced…
Lo sé, lo sé. Eras mía, tan mía que incluso me dolía el alma cada vez que nos separábamos. Te tenía, igual que tú me tenías a mi.
Yo nunca sentí que tú fueses mía, siempre había una barrera que nos separaba, algo que no me dejaba tenerte por completo, no de la misma forma que tú podías tenerme a mi.
Es cierto, era mi culpa, si que te quería, pero tenía miedo. Acababas de entrar en mi vida y te habías entregado a mi con tanta rapidez que me asusté.
¿Tratas de decirme que, si no me hubiese enamorado de ti tan rápidamente, no te hubieses alejado?
No, trato de decirte que, si yo no hubiese sentido lo mismo con tanta facilidad, ahora no estaríamos en esta situación.
Mira, no tengo ni idea de a qué viene todo esto.
Déjame continuar.
Tenía miedo porque estaba enamorándome de ti, pero a pesar de eso, tenía a mis espaldas una relación de años con otra persona, ella me había librado de la soledad que sentía y jamás pensé que podría sentir algo parecido por nadie más. Tenía que hacer algo al respecto, no era justo para ninguna de vosotras que yo pudiese disfrutar de la compañía de una y de la otra. Al principio, cuando la dejé y empecé a estar solo contigo, creí que podía ser la solución… pero me equivoqué… Seguía sintiéndome vinculada a ella y eso a ti te hacía sufrir. Recuerdo una noche en especial cuando no pude contener las lágrimas por ella y tú me cediste tu hombro para llorar. Esa noche entendí que no podía continuar haciéndote eso, sabía que poco a poco te iba destrozando… y no quería que te sintieses así.
¿Por qué me haces recordarlo todo?
Nunca lo has olvidado…
No podía verte así, me sentía culpable, me odiaba a mi misma, si yo no hubiese intentado tenerte, probablemente tú nunca habrías venido detrás de mi y no llegarías a sufrir como lo estabas haciendo. Así que tomé una decisión, una decisión de la que me he arrepentido muchas veces, podría haber hecho las cosas de otra manera, pero… en ese momento no se me ocurrió ninguna otra solución. Decidí que, ya que yo no podía perdonarme, tú tampoco lo ibas a hacer. Fue entonces cuando comencé a separarme de ti, cuando comencé a actuar mal contigo. Lo reconozco, fui una auténtica hija de puta contigo… pero aún así, pudiste perdonarme… y cuanto más intentaba hacer que me odiaras, más compasión sentías por mi y más odio sentía yo hacia mi persona. Era como estar en un bucle… Yo te jodía, tú me perdonabas, yo me odiaba y encontraba la manera de lastimarte más…
Y lo conseguiste… Llegaste a hundirme, había momentos en los que creía que jamás podría volver a salir a la calle…
Lo sé y lo siento, pero no sabía de qué otra forma castigarme.
¿Castigarte? Me estabas castigando a mi.
No. Te castigaba a ti sin querer, lo que quería era castigarme a mi misma. Intentaba que me odiases porque eso me mataría, y pretendía que tú, a raíz de ese odio, pudieras superar lo nuestro. Pero no fue así… Supongo que infravaloré tus sentimientos.
Si, lo hiciste.
De todos modos, no quería conseguir nada de esto. Yo no quería joderte la vida.
Ya está, ya ha pasado, te he superado.
Sé que ya no piensas en mi de esa forma, sé que lo nuestro ya no tiene el mismo valor que antes y me alegra que, al final, consiguieses salir adelante. Pero te ha marcado negativamente y por mi culpa ya no tienes esperanzas.
Oh, por favor, no eres el centro del mundo.
¿Eres capaz de negarme que la que actúa así ahora, no eres tú?
Yo no soy una perra sin escrúpulos.
No, eres una persona que tiene miedo a sus sentimientos y teme aún más, si se puede, los sentimientos de otras personas. Dime, ¿cuántas veces has sentido algo parecido desde entonces?
Un par de veces…
¿Ha funcionado?
No…
¿Por qué?
¡Porque no era equiparable! Jamás he sentido algo tan fuerte por nadie como lo he sentido por ti. Cuando he tenido algo que se parecía un poco, no podía hacer otra cosa que pensar en ti y en lo mucho que te quise… y lo que tenía en ese momento, no había sido ni tan fácil, ni tan fuerte, como contigo… Y eso me mataba.
¿Por qué?
Porque sabía que, con esfuerzo, con comprensión, tal vez… y solo tal vez, podría llegar a superar lo que tú y yo habíamos tenido.
¿Y no querías eso?
Por supuesto que lo quería.
¿Entonces?
Pero no era lo mismo. Contigo todo había surgido sin querer, se hizo todo muy intenso desde el primer cruce de miradas, desde el primer roce de nuestras manos… me había enamorado de ti antes de que nuestros labios consiguieran juntarse… Lo que tenía con las demás había ido creciendo progresivamente, con lentitud… y para poder superar lo que nosotras habíamos tenido, tendría que pasar mucho tiempo y no me veía capacitada para soportar tanta presión, ni tanta lucha… Total, el resultado iba a ser el mismo.
Y por ese motivo abandonabas antes de intentarlo.
¿Por qué voy a tener que volcar todas mis esperanzas en una relación sin futuro?
Pero ¿cómo puedes saber si teníais o no futuro?
¡Lo sentía así!
Eso no es cierto. No puedes saber a ciencia cierta si algo tendrá o no futuro si antes no lo intentas. Debes aprender a abrir tu corazón de nuevo…
Yo ya no tengo corazón.
Si que lo tienes. Tienes un gran corazón, lo que pasa es que está herido y lleva su tiempo recomponerlo, eso lo entiendo. Pero no puedes negarte la oportunidad de ser feliz por el dolor de antaño, por el miedo presente, por las caídas futuras…
¿Qué quieres que haga? ¿Que me embarque en relaciones que no llegarán a buen puerto, que me hagan daño constantemente? ¿Quieres que sufra eternamente, es eso lo que estás buscando?
No, lo que quiero es que borres esa mentalidad. Te van a hacer daño, igual que tú lo vas a hacer.
Yo no quiero hacer daño a nadie.
No quieres, pero lo vas a hacer, ya lo has hecho.
No le he hecho daño a nadie.
¿Estás segura? Piénsalo un momento. ¿Qué ha pasado para que tus relaciones no funcionasen?
Simplemente se terminaban.
¿Se terminaban o las terminabas tú?
…
¿Lo ves? Has hecho daño…
Yo no quería… solo intentaba alejarla a la persona antes de que fuese demasiado tarde, antes de que realmente pudiera sufrir.
Pero ya era tarde…
No era tarde, si hubiese dejado que el tiempo siguiera pasando, ahora sería mucho peor.
Tal vez fuese la correcta.
Tal vez no…
Pero no puedes saberlo.
No quiero saberlo.
No puedes vivir así siempre. En algún momento de tu vida te darás cuenta de que esta no es la solución, pero entonces, sí que va a ser tarde… pero no para las demás, será tarde para ti. Llegará el día en el que tú misma te habrás consumido tanto, te habrás sumido en tal soledad que, aunque lo intentes, no podrás querer a nadie.
Ya he aceptado mi sino.
No es tu sino, no te confundas. Tratas de convencerte a ti misma de que nunca podrás tener una relación seria con nadie porque no eres capaz de ver que tú sola te lo estás buscando. No digo que todo sea culpa tuya, está claro que has sido inducida a pensar así y parte de eso es por mi. Si yo no me hubiese comportado de esa manera, tú no llegarías a plantearte estas cosas. Pero ha pasado y debes aprender que todo el mundo hace daño, unas veces queriendo, otras sin querer, pero siempre saldrá alguien herido.
Eso lo entiendo…
Pues ahora, espero que te entre en la cabeza, que con tu actitud no vas a conseguir nada. Si te hacen daño no es tu culpa, no debes resguardarte en tu burbuja de cristal y alejarte del mundo. Eres fuerte y debes luchar. Algún día llegará a ti la persona adecuada, pero hasta ese momento, no puedes sentarte de brazos cruzados y esperar a que aparezca, tienes que seguir dándole oportunidades a la gente, porque sino, cuando la correcta llegué, no la verás aparecer. Abre tu corazón, es la única manera de asegurarte un futuro. Prométeme que no te cerrarás en banda nunca más.
No es tan fácil lograr eso.
Yo no he dicho que lo fuese…
1 comentario:
Creo que todas hemos pasado esa situación alguna vez... Incluso varias... Pero... Aprender es complicado... Mucho cuando se trata de asuntos del corazón.
Biquiños, niña.
Publicar un comentario