jueves, 9 de julio de 2009

Dieciocho (II)

Y tendremos una casa cerca del mar y un perro, no, no, un gato. Tendremos un gato.

Un gato para tener la casa siempre llena de pelos, si.


Eso se limpia. Tendremos un gato que nos hará compañía y dará más alegría a nuestro dulce hogar.


Con tal de poder estar juntas, ya no hará falta nada más que de alegría, porque yo la desprenderé por cada poro de mi piel.


Con eso ya contaba, jaja.
También tendremos una piscina.

¿Una piscina?


Si, una graan piscina en nuestro espacioso jardín.

Pero, a ver, ¿tú quieres una casa o un palacio?


¿No vas a concederme ese pequeño capricho?

Claro que si, de hecho, con mi sueldo imaginario te compraré una isla imaginaria en un mundo imaginario.


Jajajaja, vale, dejaré de teorizar con absurdos. Pero quiero que nuestra casa tenga terraza.

Una amplia terraza en la que tomar el sol desnudas sin que nadie nos pueda ver.


Si, eso me gusta... Una gran terraza en la cima de un gran edificio en el que nos pondremos morenas mientras hacemos el amor.

Exacto, mente pervertida.


¿Pervertida yo? Has sido tú la que lo ha insinuado antes.

Yo he dicho tomar el sol desnudas.


Claro, como si pudieses verme desnuda sin sentir deseos carnales hacia mi.

Lo mismo te digo.


Jaja, yo no había dicho lo contrario...

No hay comentarios: