sábado, 13 de junio de 2009

Trece

¿Yo? Claro que me he culpado mil veces de lo sucedido, llegué a pensar que, de no haber sido por mi, nada de esto hubiese ocurrido, que todo estaría bien, en calma… Pero gracias a mi padre pude verlo todo. Él me hizo abrir los ojos. Al principio no me fiaba, pensaba que podía ser algún tipo de estrategia para separarme de mi madre, pero no, nada de lo que ella hacía era normal, pero yo no quería verlo, a pesar de tenerlo delante, a pesar de sufrirlo. A ver, ciertamente, no le costó demasiado convencerme de que era culpa de ella y no mía, pero en el fondo no podía evitar sentirme mal y, esta vez, por doble motivo. Me sentía culpable porque pensaba que podía ser culpa mía realmente y me sentía culpable por estar dudando de mi madre de esa manera.

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